viernes, 30 de octubre de 2009


La última cuartilla que hice en mi clase de redacción I:

"Una simple lluvia, acompañada de un gran vendaval, fue suficiente para destruir una de las construcciones más ambiciosas de Venezuela: el puento Orinoco, ubicado en Barcelona. La lluvia, que comenzó a la 9 de la noche del día lunes 26 de octubre, se prolongó hasta las 11 de la mañana del 27, lo que provocó el desborde del río Orinoco, inundando el puente y ocasionando su quiebre.

El río fue invadiendo la ligera estructura y poco a poco las bases del puente fueron cediendo debido a la presión ejercida por el agua sobre ellas. Al cabo de 5 minutos, la estructura se encontraba inservible. Por si fuera poco, a esto se suma la abundante vegetación presente en el lugar, lo que imposibilitó la llegada a él para reparar los daños del puente.

Este suceso muestra la deplorable situación vial que prsenta Venezuela actualmente. La mano de obra no calificada sumada a la mala calidad de los materiales de construcción, dieron origen a una estructura débil sobre un río caudaloso y violento, que, tarde o temprano, terminaría cediendo. Evidentemente no se tomaron las debidas precauciones al construir el puente."

Bajar la velocidad de mis pasos.

Siempre he sido alguien muy calculador, cuadriculado. Siempre hago listas de TODO para saber lo que tengo pendiente, las cosas que ya resolví, las cosas importantes a recordar y las cosas que ya puedo olvidar. Listas,listas, listas, listas y más listas. Listas de cosas que a cierta edad debo, quiero y tengo que hacer. Los viajes que haré, las personas que conoceré, todo lo que sufriré o gozaré. Todo con fecha de ejecución y si hay algún retraso o hecho imprevisto: PÁNICO, código amarillo, azul y rojo, alarma roja. La mayoría de las veces no hay planes B, porque como yo soy Daniela, todo tiene que salir como yo deseo y planeo.

Comienzo a comprender que hay cosas que por más que uno las planee y de paso de manera inflexible, la mayoría de las veces no van a resultar como uno lo planifica. La vida, el destino, la naturaleza, los astros, quien sea, siempre va a influir en nosotros, cambiándonos todo al extremo opuesto. Hay cosas que sencillamente tienen que pasar, simplemente, sin esperar por qués.

En este momento de mi vida siento que debo bajarle velocidad a mis pasos. Estoy haciendo tantas cosas al mismo tiempo que a veces ni sé en dónde estoy, ni a dónde voy, ni lo que siento... o sí, sí lo sé y es, por una parte, satisfacción por todo lo que he logrado en poco tiempo, pero por el otro siento cansancio, mucho cansancio físico y mental. Estoy tan apegada a mi "lista de cosas por hacer" que no estoy viviendo realmente, no respiro. Estoy tan empeñada en que "tengo que hacer tantas cosas en tanto tiempo" que si me salgo del programa un milímetro, ni les cuento lo que me puede pasar. Entro en crisis y vuelvo al riguroso plan.

Es justo y necesario que en este momento baje la velocidad de mis pasos, observar detenidamente mi alrededor, ver el brillo de todo y todos, notar que el cielo no siempre es blanco con pequeñas letras negras sino que a veces es azul intenso. De vez en cuando es bueno inyectarle flexibilidad al plan y vivir.

=)

viernes, 23 de octubre de 2009

Twitteradictos.

¿Cómo sería el twitter en la vida real? ¿Qué pasaría si sólo pudieramos hablar a través de una ventanilla con 140 letras?

Aquí les traigo este video que muestran de manera divertida cómo sería nuestra vida, nuestras relaciones diarias usando esa ventanilla.



Nostalgia.

Por más que intentemos olvidar cosas, por más que pasen mil años y creamos que somos grandes y las cosas de la juventud son nuestro pasado y allá mismo se van a quedar, detrás de nuestro presente, no es así. El destino, el universo, quien sea, siempre se encarga de enviarnos pequeñas señales que hacen que, inevitablemente, vengan esos recuerdos del pasado a nuestra mente. Escribo esto porque en estos días pasé frente a la casa hogar donde hice mi labor social para graduarme de técnico medio en Informática y enseguida recordé todos esos niños, todas las risas que les llevamos mis compañeros y yo, todo lo que me conmovió su situación, todo lo bueno que pasé con aquellos que puedo llamar amigos. Sentí una nostalgia ahogando mi corazón, porque, por más que nos tratemos de convencer que somos felices y que todo está bien, siempre vamos a sentir que los tiempos de antes fueron mejores, siempre vamos a querer esos momentos de vuelta. El tiempo no regresa, no vuelve, no perdona pero a veces quisiera tener un reloj mágico para traer de vuelta y vivir de nuevo aquellos momentos en los que realmente fuí plenamente feliz. No es que sea infeliz en este momento de mi vida, tengo una familia maravillosa, tengo estabilidad, estudio dos carreras y me va muy bien, me encanta estudiar (i'm a nerd), tengo amigos y compañeros. Pero de vez en cuando necesito sentir mariposas en mi estómago, esas que sentí hace un año y que poco a poco van revoloteando menos.

De inconformes está lleno el mundo o será que tanta química me está afectando.

viernes, 9 de octubre de 2009

Las 5 de ésta semana.

Ésta semana estuvo MUY movida (como me gustan), empezó con una inmensa expectativa y termino con buen humor y esperanzas, pensando que el mundo en realidad no es tan malo y que las cosas nos pasan por algo. Hubo también cosas no tan buenas, pero bueno, esas no tienen solución. En fin, aquí van las canciones:

Cachete a cachete - Los amigos invisibles.

Una foto en blanco y negro - El canto del loco.

Tarde o temprano - Tommy Torres.

Domingo Astromántico - Zahara.

Soy tu aire - Labuat.

+++ • Always be my baby - David Cook.

martes, 6 de octubre de 2009

El estrés comienza de nuevo...

Estoy contenta de volver a mi antiguo ritmo de estudios, en medio de las dos universidades. La mayoría de las personas le huyen a las situaciones complicadas, le huyen al estrés, le huyen al ajetreo, al corre corre. Les amarga, les corroe, les mata estar involucrados en ese tipo de cosas y hacen de todo para no estarlo. A mí no. A mí me activan, me renuevan, me refrescan esas situaciones. Le inyectan electricidad a mis días. Será por eso que casi no me gustan los días libres o vacaciones; digo "casi" porque a toda persona normal le gustan los días libres y descansar, a mí también me gustan, pero llega un punto en el que me digo "quiero volver a todo eso de lo que escape". Pasar todo el día en la universidad, pasar el día comiendo cualquier cosa y bebiendo cualquier cantidad de vasos de Nestea, estar parada cinco horas buscando profesores y cupos, con calor y sueño, no es fácil. Pero ese tipo de situaciones me llenan de energía, de ganas.

El momento llegó, el estrés comienza de nuevo... y me encanta.

jueves, 1 de octubre de 2009

Las 5 de ésta semana.

Ésta semana necesité un poco de música relajante por todo el estrés que tuve y que todavía tengo; también escuché musiquita no tan relajante, pero que me hizo sentir mejor por lo que me recordaba.

Mi puerto cabello - Ilan Chester.

Sombra en los médanos - Ilan Chester.

Quebrado - Pedro Aznar.

Todo - Pereza.

Let go - Frou Frou.

EXTRA • Don't panic - Coldplay.


* EXTRA: no podía dejar por fuera la canción de Coldplay, la descubrí viendo una película y me encantó!

Marcados desde pequeños.

Estos últimos días me he puesto a pensar -de más- sobre todas las cosas que rodean, influyen y determinan nuestra vida y he llegado a la conclusión que nuestro destino está marcado desde pequeñitos.

De niña siempre fui curiosa, preguntaba por todo, hablaba tanto que mareaba a mis padres (todavía pasa), siempre quería estar despierta haciendo cualquier cosa, no me gustaba "perder el tiempo" durmiendo, prefería gastarlo jugando. Sí, era incansable, siempre buscaba algo que hacer. Recuerdo que me encantaba jugar a la escuelita. Sentaba a mi hermana, a veces en contra de su voluntad, y le empezaba a enseñar "nuevas palabras" en un trozo de madera, que en sus mejores tiempos formó parte de un estante en donde reposaba un radio. Ése era el pizarrón. También usaba como pizarrón la puerta de uno de los armarios del cuarto de mi madre, siempre me regañaba por eso.

Mi madre me dice que aprendí a leer y me compara con Matilda porque desde pequeñita, además de inventora y de jugar a la escuelita, me encantaba leer (y me encanta). Leía cualquier cosa, los libros del trabajo de mi mamá (los de Castellano, Inglés obvio que no sabía), los libros de mi papá, que aunque no los entendiera mucho los seguía leyendo. Recuerdo que me santaba junto a mi madre cada vez que se ponía a evaluar las pruebas de sus alumnos (de Castellano y de Inglés, creo que me gustan los idiomas por eso). Le desordenaba la biblioteca a mi abuela buscando libros qué leer.

¿Por qué les cuento todo esto? Para que vean un vivo ejemplo de que nuestro destino está marcado desde que somos unos chiquilines o "little monsters". Hoy día me encuentro estudiando Educación mención Biología y Comunicación Social. Me encanta enseñar, ayudar a aprender, aclararle la mente a alguien en cualquier ámbito. Me encanta la idea de saber que alguien aprendió "tal cosa" por mí. Yo elegí la Biología, aunque confieso que también me gustaría enseñar algo relacionado al idioma castellano. Sí, pierdo muy fácil la paciencia, pero bueno, de aquí hasta que me gradúe seguro que controlo eso. En conclusión, creo que no me equivoqué de carrera. También me encanta leer y desde hace tiempo vengo desarrollando la escritura. Me gusta hablar, comunicarme, a veces me tienen que callar. De chiquita también era muy observadora (todavía lo soy) y creo que eso me ha servido en mi afición por la fotografía. Escuchaba música y me imaginaba el "video musical" de la canción que estuviese escuchando. Así de loquita e imaginativa soy. Creo que no me equivoqué de carrera tampoco.

Sería muy infeliz haciendo otra cosa que no fuera la mencionado anteriormente. Todos nacemos para hacer algo y yo, definitivamente, nací para esto. Seguramente los chicos/as que pasaron horas y horas jugando encantados con sus LEGO, los pequeños bloques de plástico, son en la actualidad arquitectos o ingenieros. Los que se la pasaban dibujando y pintando seguro son diseñadores. Los que siempre jugaban al doctor con sus muñecos y primitos, seguro son médicos. Claro, esto no se da en todos los casos, conozco gente que termina estudiando lo que menos le gusta o terminan estudiando cualquier cosa por salir del paso, por creer que les gusta pero en realidad no. Conozco gente que termina estudiando contaduría y no soportan los números y las cuentas. A eso me refiero, no siguen sus instintos o será que, simplemente, no les gusta nada. Será.

¿Saben que a la edad de siete años (creo) me corté la pollina? Creyéndome una peluquera estrella, agarré unas tijeras, recuerdo que era una de esas con las que les cortan las uñas a los bebes, de las pequeñitas, y me corté la pollina, TODA. Me la quería emparejar pero no, me la corte toda todita, ¡JA!. Creo que lo mismo que me impulso a cortarme la pollina, me impulso a estudiar dos carreras simultáneamente. Desde pequeña he sido tan atrevida.



¿Ven que desde niños estamos marcados?