Sí, porque todo en este país, desde hace diez años, se da así, a los trancazos, amedrentando a los que piensan distinto, persiguiéndolos, poniéndole trabas por donde sea. Sinceramente aquí no cabe el dicho "hablando se entiende la gente", aquí hay que salir a marchar, hacer huelgas de hambre, coserse los labios, aguantar golpes y "gas del bueno" (gas lacrimógeno) para expresarnos y lograr que alguien escuche nuestra voz y que ésta no se pierda en el montón, para que el gobierno o quien sea nos haga caso.
¿Es justo que Manuel Rosales haya tenido que huir de Venezuela, como un vil delincuente y asesino, debido a la persecución que le tenía montada el gobierno? Sí, porque esos eran los delitos que le imputaban, corrupción y homicidio en grado de frustración.
¿Es justo que 145 estudiantes, que deberían de estar estudiando, estén en huelga de hambre? ¿Es justo que se sacrifiquen de esa manera, con el fin de que la OEA se digne a escucharlos?
¿Es justo que a tres inocentes se les haya condenado a treinta años de cárcel? Sí, porque eso fue lo que les pasó a Iván Simonovis, Lázaro Forero y Henry Vivas. Y no son sólo ellos los que hoy en día están presos por razones políticas en Venezuela.
¿Es justo que un individuo sea encarcelado por el simple hecho de expresar lo que piensa?
¿Es justo cerrar radios y televisoras por el simple hecho de disentir?
¿Es justo que un grupo de trabajadores se cosan los labios para obtener un puesto de trabajo?
¿Es justo que el gobierno vaya expropiando empresas a diestra y siniestra, dejando sin trabajo a miles de personas? El gobierno no deja en paz a las Empresas Polar, ya cerraron varias plantas de alimentos por falta de materia prima, materia prima que tienen que adquirir con dólares, dólares que el gobierno les niega.
NO ES JUSTO. Nada de esto es justo. Nada de lo que está pasando en Venezuela, hoy en día, es justo. Y no logro entender cómo ciertas personas, teniendo todas estas situaciones y muchas más en sus narices, siguen apoyando este gobierno, que sólo ha traído desgracia, tristeza, pobreza, desesperación y división a nuestro país. Aquí sí cabe el dicho "No hay peor ciego que el que no quiere ver".
Como venezolana, me da una tristeza tremenda ver a mis hermanos en huelga de hambre, pasando cualquier cantidad de calamidades, poniendo en peligro su vida para que la OEA nos eche un ojito. Pero como dice un dicho "hay gente que vive en casas de cristal en las que no deja de llover piedras, y en vez abandonar la casa y escapar hacia otra, no lo hacen. Aguantan y luchan contra esas piedras que se empeñan en caer y romper su casa, su refugio y tranquilidad"... de esa madera estamos hechos los venezolanos. El pueblo venezolano es persistente, constante, terco si es posible. Es lo suficientemente fuertes como para acobardarse con amenazas de cárcel, bombas lacrimógenas, bombas de pimienta o persecuciones estúpidas. Son un pueblo fuerte que puede soportar eso y mucho más, todo para luchar por nuestra democracia y libertades.
Hoy, más que nunca, me siento feliz por ser parte de este bravo pueblo.
¡VAMOS ESTUDIANTES!
¿Es justo que Manuel Rosales haya tenido que huir de Venezuela, como un vil delincuente y asesino, debido a la persecución que le tenía montada el gobierno? Sí, porque esos eran los delitos que le imputaban, corrupción y homicidio en grado de frustración.
¿Es justo que 145 estudiantes, que deberían de estar estudiando, estén en huelga de hambre? ¿Es justo que se sacrifiquen de esa manera, con el fin de que la OEA se digne a escucharlos?
¿Es justo que a tres inocentes se les haya condenado a treinta años de cárcel? Sí, porque eso fue lo que les pasó a Iván Simonovis, Lázaro Forero y Henry Vivas. Y no son sólo ellos los que hoy en día están presos por razones políticas en Venezuela.
¿Es justo que un individuo sea encarcelado por el simple hecho de expresar lo que piensa?
¿Es justo cerrar radios y televisoras por el simple hecho de disentir?
¿Es justo que un grupo de trabajadores se cosan los labios para obtener un puesto de trabajo?
¿Es justo que el gobierno vaya expropiando empresas a diestra y siniestra, dejando sin trabajo a miles de personas? El gobierno no deja en paz a las Empresas Polar, ya cerraron varias plantas de alimentos por falta de materia prima, materia prima que tienen que adquirir con dólares, dólares que el gobierno les niega.
NO ES JUSTO. Nada de esto es justo. Nada de lo que está pasando en Venezuela, hoy en día, es justo. Y no logro entender cómo ciertas personas, teniendo todas estas situaciones y muchas más en sus narices, siguen apoyando este gobierno, que sólo ha traído desgracia, tristeza, pobreza, desesperación y división a nuestro país. Aquí sí cabe el dicho "No hay peor ciego que el que no quiere ver".
Como venezolana, me da una tristeza tremenda ver a mis hermanos en huelga de hambre, pasando cualquier cantidad de calamidades, poniendo en peligro su vida para que la OEA nos eche un ojito. Pero como dice un dicho "hay gente que vive en casas de cristal en las que no deja de llover piedras, y en vez abandonar la casa y escapar hacia otra, no lo hacen. Aguantan y luchan contra esas piedras que se empeñan en caer y romper su casa, su refugio y tranquilidad"... de esa madera estamos hechos los venezolanos. El pueblo venezolano es persistente, constante, terco si es posible. Es lo suficientemente fuertes como para acobardarse con amenazas de cárcel, bombas lacrimógenas, bombas de pimienta o persecuciones estúpidas. Son un pueblo fuerte que puede soportar eso y mucho más, todo para luchar por nuestra democracia y libertades.
Hoy, más que nunca, me siento feliz por ser parte de este bravo pueblo.
¡VAMOS ESTUDIANTES!