martes, 8 de septiembre de 2009

Amor de entrega total (I)

Tú tenías la costumbre de raptarme y sacudirme el estrés que a diario me azotaba. Ésta vez se te ocurrió la brillante idea de llevarme a una playa, sin rastro de civilización a sus alrededores e iluminada únicamente por un faro. El lugar estaba increíblemente desierto. Te dije "ahora sí te afectó el sereno, ¿qué hacemos aquí en medio de ésta oscuridad?" (12MN). Él respondió dulcemente, tratando de rebajar mi antipatía y mal humor: "tranquila mi niña, te traje hasta aquí para ver las estrellas, como lo soñamos tantas veces, tantas noches". Mi respuesta fue un beso en su pequeña oreja seguido de "no sé cómo logras aguantarme", él me susurra "tonta, lo hago porque te quiero". Risas cómplices.

Una vez que terminamos de bajar las cosas de tu carro, una carpa, una colchoneta, dos mantas, agua y chocolate como para un batallón, tendimos una de las mantas sobre la arena. Te acostaste sobre ella, yo también, posando una de mis manos sobre tu pecho, tú bordeaste mi cintura con una de las tuyas. Corazones latiendo a millón por segundo.

Como si fuesemos astrónomos, pero unos de muy, muy baja categoría, empezamos a observar el cielo y decidimos buscar otras formas en él, ya que no le veíamos atractivo ni sentido a la osa mayor, menor y otra de la cual jamás recordamos el nombre pero que parecía un papagayo humano. Distinguimos un grupo de estrellas formando nubes de algodón, formando el rostro del perrito que siempre hemos querido pero que nunca decidimos comprar, una cuchara y otro grupo formando un átomo de cloro, con un potencial de ionización tan fuerte como la existente entre nosotros. Así de demente era contigo, así de demente eramos juntos. Empezamos a ver que, de repente, las estrellas empezaban a mostrar las iniciales de nuestros nombres... quedamos perplejos. Nos miramos al instante, sorprendidos. El silencio nos invadió unos segundos. ¿Será una señal del destino? ¿Será que el destino sí existe y gobierna nuestras vidas? ¿Mi destino estará junto a él? ¿Qué estoy haciendo?... esas eran las preguntas que , al mismo tiempo, me hacía a mí misma, como siempre de filosófica, tratando de encontrar el origen y el sentido de las cosas... creo que tú también te hacías estas preguntas porque siempre eras tan complicado como yo.

3 comentarios:

Ora dijo...

La sensibilidad me tiene mal, que arrecho es sentir...

Erune. dijo...

wow...palabras que dejan sin aliento...expresadas en un texto igualmente intenso, genial, tan mágico como la vida misma...
demasiado, mi Dani
aBRACHO! :-D

Ors dijo...

precioso esto, Danni.