lunes, 28 de junio de 2010

esperar/expectativas.

Resulta que hay tipos de personas -como yo- que siempre, siempre se llenan de muchas, muchas expectativas ante toda situación nueva que se le presente. No está mal tener cierta expectativa, esperar acciones/reacciones determinadas...lo malo es tenerla en exceso. Siempre dejo por ahí, enterrados, botados en otro planeta detalles secundarios que siempre pueden cambiarle el rumbo a todo y desordenar toda la estructura inicial del plan.

Para una persona demasiado cuadrada -como por ejemplo, yo- que todo lo calcula, mide analiza y planea, algo que cambie de estructura y orden de la noche a la mañana supone una catástrofe porque implica reordenar todo, que todo esté como antes, la estructuración arcaica. Tampoco es algo que se me de muy fácil, lo de ordenar.

Pero bueh, siempre hay factores por ahí medio escondidos algunas veces que ayudan a la reorganización, el trabajo, los estudios, los amigos, tratando de llegar a tiempo siempre para traernos a la tierra de nuevo, a la realidad.

Una de las frases en las que más firmemente creo es 'Todo pasa por algo'...aprender (no en vano es mi verbo favorito). Todo pasa por algo y siempre intento sacar lo mejor de cada persona/situación, lo que aprendí con ellos. Aprender. Siempre hay algo que aprender, así tengamos 30 o 60. Siempre hay algo más que aprender.

viernes, 25 de junio de 2010

búsqueda.

Búsqueda. No pasamos la vida entera buscando. Buscando crecer, buscando un título, buscando un trabajo, buscando un grupo social donde encajar ‘perfectamente’ y sin chistar, buscando una pareja, un matrimonio feliz, una casa, dos hijos, morir. La mayoría buscan esto, en ese orden o con variaciones, quitándole el matrimonio, colocando cualquier otra cosa, quitándole la muerte. Porque la muerte no solamente se puede analizar desde el punto de vista biológico, no sólo existe la muerte biológica de nuestros cuerpos. También existe esa muerte, la que apaga el espíritu, el alma, la pasión por la vida y sus detalles, sus pequeñas y perfectas sorpresas. En ese momento la persona pasa a un estado de ‘muerto en vida’…nombre bastante clásico/cliché para un padecimiento tan común como el nombre pero que no muchos están dispuestos a aceptar o ni siquiera saben que lo tienen, que existe. Que son como los vampiros –ahora que están de moda-, carecen de impulsos eléctricos en su cerebro, esos que indican que sí, que efectivamente su cerebro está de alguna manera, vivo.

No debemos de dar todo por sentado. Impedir que la magia y la gran curiosidad por el mundo, esas ganas de conocer y aprender - a veces con un par de raspones a cuestas – desaparezca de nuestro espíritu. Siempre preguntarnos si lo que tenemos es realmente lo que deseamos o si lo que tenemos simplemente está ‘bien visto’ por terceros o ‘es lo que toda persona haría’ y sólo por eso lo conservamos. Abogo por las búsquedas profundas, esas en donde no sólo nos preguntamos ‘qué es’ sino también ‘ qué hay detrás de’, el fondo de las cosas.

Algunos se pasan la vida buscando… y hay otros que simplemente se cansan y se conforman. Se me hace imperdonable que un individuo, 100% cambiante, que interactúa todos los días con un mundo, pierda su capacidad de asombro, la sensibilidad. Al menos esa es una de las cosas que no deberíamos perder de nuestros años como preescolar. Es ahí, cuando la persona pierde su capacidad de asombro, que se empieza a morir en vida.

Propongo escuchar música nueva todos los días, incluir en tu lista de amigos nuevas personas, darse tiempo de conocerlos, salir con gente distinta –pensamientos distintos-, ir a lugares distintos, hacer cosas distintas. Esa, en mi opinión, es una de las herramientas para impedir la entrada de esa muerte en vida; de pronto encontramos más cosas –una persona, por poner un ejemplo- que se nos una a la búsqueda, la búsqueda de los ‘porqués’ estamos juntos, por qué nos encontramos, por qué vivimos.

:)

viernes, 28 de mayo de 2010

cuando las ganas de superarse son más grandes que las dificultades.

Hoy, en uno de los pasillos de la universidad donde estudio (LUZ), un muchacho se me acercó de repente para preguntarme si tenía 1 bolívar que le diera para irse a su casa... no tenía pasajes. Se me arrugó el corazón, cursi y todo lo digo. Eso me puso a pensar en las personas que tienen absolutamente todo en esta vida y no hacen nada con eso, no aprovechan las oportunidades que tienen. Más bien derrochan y se quejan por tonterías, la mayor catástrofe y preocupación que no saber que se van a poner una mañana para ir a la universidad a 'calentar pupitre'. Hay otras que sí aprovechan, valoran y son sensatos y maduros a la hora de estudiar y 'le sacan el jugo' a todo lo que tienen, a todas las oportunidades. Estas personas, las del sacrificio y el esfuerzo diario, son las que verdaderamente llegan a valorar cada detalle y maduran, comprenden lo realmente importante. Uno de mis mantras es 'Cuando se quiere, se puede', creo ciegamente en eso. En casos como estos, de dificultad económica o en cualquiera en donde se nos dificulte hacer algo, por cualquier razón, es que debemos ser 'más fuerte que el odio' y demostrar que sí se puede, que sí podemos, que las ganas de superarse pueden ser más grandes que las dificultades.

Se lo conté a mi madre y se le salieron lagrimitas,
ya sé a quién salgo de llorona y sentimental :)

martes, 20 de abril de 2010

Pensamientos 11:11 [2]

Definitivamente hay cosas de las que no podemos escapar. Por más que queramos siempre habrá algo que nos hará regresar, aunque eso nos mate por dentro, nos hierva la sangre por el disgusto gracias a nuestra poca fuerza de voluntad. Sea cual sea el objeto de la adicción: drogas, bebidas, computers, redes sociales, personas. Cuando llegamos al punto de decir 'hasta aquí' nada, pecamos, caemos, empezamos a sopesar cosas, a transformar la realidad y formular preguntas con sus 'debidas' respuestas, para ir con todo seguro, para no producir errores en aquel enfrentamiento de caracteres, para generar las reacciones esperadas y 'adecuadas' según nosotros ante la situación. Y resulta que todo pasa al contrario de como fríamente lo calculamos y todo se vuelve un rollo, sin pies ni cabeza. Nadie sabe nada, nadie sabe lo que quiere, la cuestión se vuelve un juego en el que ni los mismos jugadores saben qué hacer realmente. Y en cuanto uno de ellos demuestra cierta sensatez, el otro simplemente...hermético. No sabe, no contesta. Ahí es donde viene el alejamiento, la distancia, los 'no puedo más, no te soporto' 'que intensa'. Ahí es donde nos damos cuenta que a veces lo que la gente busca es satisfacción instantánea, lo chévere y solitario de lo efímero en cambio de lo disfrutable, íntimo y verdadero de lo perdurable. Y es ahí donde termina y vuelve a comenzar ese círculo vicioso: se buscan, se escuentran, se desencuentran, se eliminan y se vuelven a buscar. Ausencia de decisiones duraderas, verdaderas.

11:46pm
19/04/2010

domingo, 21 de marzo de 2010

Divagando.

Ir y venir sin quedarse ni pertenecer a algún lugar. A veces pienso que todos tenemos tiempo mas no calidad de tiempo. Perdemos tantos posibles valiosos momentos por cosas triviales e innecesarias, lo hacemos tan seguido que ya es una costumbre, ni nos damos cuenta ni lo podemos evitar. Posibles momentos. Posibles momentos atesorables: beber un vaso con jugo en la mañana, casi desnuda frente a una ventana sintiendo la brisa de domingo; ver Amélie o Garden State en el sofá; cantar "Only wanna be with you"; cocinar. Idioteces, cosas simples y cotidianas que con el tiempo se logran apreciar, cosas que no muchos valoran pero yo, soñadora como siempre, creo únicas e irrepetibles.

Posibles momentos atesorables que se pierden en los problemas y dificultades del día, en lo agobiante que se pueden volver ciertas cosas. Eso no es vida, me lo repito día a día. A veces sólo quisiera, por un momento, ver a mi alrededor y darme cuenta que aún existen miradas cálidas, brazos que esperan por buenas nuevas. Despertar. Ese es el verbo de esta semana.