domingo, 2 de enero de 2011

De supuestos

yo, supuestamente, ya te había olvidado. Estabas como dormido y sólo tu respiración notaba. El sonido de la respiración es casi imperceptible y así estabas tú. En unos de mis rincones, contra la pared y tapadito con una manta negra, camuflado entre lo oscuro, lo escondido. Ahora, pues, ni idea qué está pasando. No sé si fue diciembre, o señales cósmicas del universo las que te despertaron, lo cierto es que reviviste. En mí. Tus recuerdos, mis recuerdos, tu música y la mía, tu voz ahora están a todo volumen cuyos decibelios están muy por encima de lo que yo puedo soportar.

Si me preguntas, yo te quiero olvidar

Si te preguntas, quiero que me llames y confieses que sigues sintiendo lo mismo que yo

cuando me tomabas de la mano

cuando me dijiste que querías estar conmigo

cuando no sabíamos qué hacer y me besaste





irremediablemente, extrañándote.

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