Hoy, en uno de los pasillos de la universidad donde estudio (LUZ), un muchacho se me acercó de repente para preguntarme si tenía 1 bolívar que le diera para irse a su casa... no tenía pasajes. Se me arrugó el corazón, cursi y todo lo digo. Eso me puso a pensar en las personas que tienen absolutamente todo en esta vida y no hacen nada con eso, no aprovechan las oportunidades que tienen. Más bien derrochan y se quejan por tonterías, la mayor catástrofe y preocupación que no saber que se van a poner una mañana para ir a la universidad a 'calentar pupitre'. Hay otras que sí aprovechan, valoran y son sensatos y maduros a la hora de estudiar y 'le sacan el jugo' a todo lo que tienen, a todas las oportunidades. Estas personas, las del sacrificio y el esfuerzo diario, son las que verdaderamente llegan a valorar cada detalle y maduran, comprenden lo realmente importante. Uno de mis mantras es 'Cuando se quiere, se puede', creo ciegamente en eso. En casos como estos, de dificultad económica o en cualquiera en donde se nos dificulte hacer algo, por cualquier razón, es que debemos ser 'más fuerte que el odio' y demostrar que sí se puede, que sí podemos, que las ganas de superarse pueden ser más grandes que las dificultades.
Se lo conté a mi madre y se le salieron lagrimitas,
ya sé a quién salgo de llorona y sentimental :)