martes, 20 de abril de 2010

Pensamientos 11:11 [2]

Definitivamente hay cosas de las que no podemos escapar. Por más que queramos siempre habrá algo que nos hará regresar, aunque eso nos mate por dentro, nos hierva la sangre por el disgusto gracias a nuestra poca fuerza de voluntad. Sea cual sea el objeto de la adicción: drogas, bebidas, computers, redes sociales, personas. Cuando llegamos al punto de decir 'hasta aquí' nada, pecamos, caemos, empezamos a sopesar cosas, a transformar la realidad y formular preguntas con sus 'debidas' respuestas, para ir con todo seguro, para no producir errores en aquel enfrentamiento de caracteres, para generar las reacciones esperadas y 'adecuadas' según nosotros ante la situación. Y resulta que todo pasa al contrario de como fríamente lo calculamos y todo se vuelve un rollo, sin pies ni cabeza. Nadie sabe nada, nadie sabe lo que quiere, la cuestión se vuelve un juego en el que ni los mismos jugadores saben qué hacer realmente. Y en cuanto uno de ellos demuestra cierta sensatez, el otro simplemente...hermético. No sabe, no contesta. Ahí es donde viene el alejamiento, la distancia, los 'no puedo más, no te soporto' 'que intensa'. Ahí es donde nos damos cuenta que a veces lo que la gente busca es satisfacción instantánea, lo chévere y solitario de lo efímero en cambio de lo disfrutable, íntimo y verdadero de lo perdurable. Y es ahí donde termina y vuelve a comenzar ese círculo vicioso: se buscan, se escuentran, se desencuentran, se eliminan y se vuelven a buscar. Ausencia de decisiones duraderas, verdaderas.

11:46pm
19/04/2010